«La formación completa lo que la experiencia, por sí sola, no puede aportar»
En un sector altamente técnico y regulado, la formación no es solo una necesidad operativa: es un factor estratégico que asegura la seguridad, la excelencia y la capacidad de anticiparse a los cambios.
La digitalización, la evolución normativa y la incorporación de nuevos vectores energéticos, como el hidrógeno, exigen profesionales preparados para liderar la transición energética.
En Enagás, la formación se consolida como una palanca clave para desarrollar talento, impulsar la innovación y mantener nuestra posición de referencia en un entorno en constante transformación, un compromiso que se refuerza con la reciente inauguración de nuestra Universidad Corporativa. Esta iniciativa impulsa una cultura de aprendizaje continúo centrada en las personas y orientada al desarrollo de las nuevas capacidades necesarias para el futuro.
Con su experiencia como formadora, Conchi Rabinal nos explica cómo se hace realidad este compromiso con la formación.
Durante tus 12 años como formadora, ¿cómo ha sido tu experiencia en la formación interna?
Después de varios años como colaboradora externa, en 2008 me incorporé oficialmente a Enagás. Desde entonces, he tenido la oportunidad de impartir diferentes cursos relacionados con el GNL, tanto a personal interno como externo y de participar en foros de divulgación técnica como “La Charla Experta”.
En este tiempo, la formación interna ha ido evolucionado al mismo ritmo que la tecnología. Al principio, todos los cursos eran presenciales, pero progresivamente se han incorporado modalidades online e incluso breves sesiones grabadas sobre temas específicos.
“La formación interna ha ido evolucionado al mismo ritmo que la tecnología”
¿Cómo y cuándo surgió la oportunidad de convertirte en formadora interna?
Empecé participando en proyectos de Innovación, lo que me llevó a divulgar el trabajo y sus resultados al resto del equipo. De alguna manera, eso me fue acercando a la tarea de transmitir conocimiento a la vez que iba profundizando en el aprendizaje de nuestras instalaciones, procesos, metodología y regulación.
En 2011 realicé el curso de “Formación de Formadores”, y a partir de ahí, con la experiencia adquirida, empecé a impartir tanto nuevos cursos como otros ya consolidados.
Además, la formación siempre me ha gustado, antes de incorporarme a Enagás trabajé durante un año como profesora de química en un instituto.
¿Consideras que la formación continua ha sido clave en tu desarrollo profesional?
Por supuesto. La formación continua completa lo que la experiencia, por sí sola, no puede aportar. Es esencial mantenerse al día en aspectos técnicos, pero también desarrollar habilidades personales que permitan asumir nuevos retos y responsabilidades. Enagás nos lo pone muy fácil gracias a la diversidad de cursos y plataformas accesibles en cualquier momento.
Desde tu experiencia, ¿qué aporta la formación interna a los equipos?
En mi opinión, la formación interna nos ayuda a fomentar la transmisión de conocimiento y reforzar la interacción entre el equipo.
Esta se ajusta a las necesidades reales de la empresa, tanto en contenidos como en la flexibilidad y adaptación al puesto de trabajo. Además, en Enagás contamos con profesionales con un alto nivel de conocimientos especializados en áreas muy concretas, difíciles de encontrar fuera de la compañía, por eso, compartirlo es clave para seguir creciendo.
“En Enagás contamos con profesionales con un alto nivel de conocimientos especializados en áreas muy concretas, difíciles de encontrar fuera de la compañía”
Estas formaciones, además, suelen ser muy participativas, lo que no solo refuerza el aprendizaje, sino que también fortalece el sentimiento de equipo y el compromiso con un objetivo común.
¿Qué papel juega la formación en un sector técnico y regulado como el del gas, y qué retos ves en los próximos años aplicados al sector del hidrógeno?
En el sector del gas se cuenta con mucha experiencia y se trabaja en un entorno altamente regulado, por lo que la formación se basa principalmente en la trasmisión de ese conocimiento adquirido y en la adaptación a los nuevos avances tecnológicos, digitalización y regulatorios.
Por el contrario, en el sector del hidrógeno los retos son muy importantes, es un campo nuevo para todos. A nivel mundial, aunque existen redes de hidrógeno, su concepción es diferente a una red de transporte de gas natural, lo que implica retos técnicos y operativos y, por lo tanto, formativos. En cualquier caso, el hidrógeno está presente en la industria desde el comienzo del siglo XX, por lo que no es un desconocido, sobre todo en aspectos tan importantes como la seguridad.
“Nos encontramos en las primeras etapas de una transición energética, por lo que la formación deberá ser muy dinámica”
Nos encontramos en las primeras etapas de una transición energética por lo que la formación deberá ser muy dinámica, adaptándose al aprendizaje adquirido y los cambios técnicos y regulatorios para ir cubriendo las necesidades reales generadas. A nivel de desarrollo personal, esta etapa puede resultar más motivadora e ilusionante, favoreciendo un mayor compromiso, especialmente entre las nuevas generaciones que tendrán la oportunidad de vivir esta transformación del sector desde sus comienzos.