
Hace más de un año que asumiste la dirección de esta área, dentro de la Dirección General de Ingeniería, Tecnología y Digitalización de Enagás. ¿Qué proyectos habéis abordado desde entonces en el equipo?
Cuando asumí la Dirección de Ingeniería y Proyectos, lo primero que hicimos fue realizar una revisión exhaustiva del modelo de gestión, en estrecha colaboración con la Dirección General de Personas y Transformación. Esto nos permitió adecuar la estrategia y establecer los KPIs necesarios para medir el progreso y éxito de nuestros proyectos.
Asimismo, se ha adjudicado la ingeniería de la red troncal de hidrógeno, sus estaciones de compresión y almacenamiento subterráneo. También hemos trabajado en el desarrollo técnico de proyectos de transporte y licuación de CO2, con el objetivo de presentarlos como Proyectos de Interés Común (PCI) o a los fondos europeos Innovation Fund.
Además, hemos establecido un catálogo de soluciones de flujo reverso para las conexiones de biometano, con el fin de asegurar que nuestras infraestructuras se adaptan a las necesidades actuales del Sistema Gasista. Y en cuanto a las infraestructuras gasistas, actualmente gestionamos cerca de 60 proyectos, de mayor o menor envergadura.
En definitiva, trabajamos para contribuir a la estrategia de la compañía desarrollando infraestructuras de nuevas moléculas, al tiempo que contribuimos desde proyectos a garantizar la seguridad de suministro de las infraestructuras gasistas, gestionadas por Enagás Transporte.
Para poder abordar todos estos trabajos, 13 nuevos profesionales se han incorporado a la dirección, lo que ha enriquecido al equipo y ampliado nuestras capacidades.
Finalmente, quiero destacar que en abril pusimos en marcha el sellado de los pozos de Castor, un proyecto de gran complejidad debido a su ubicación en una plataforma offshore. Se trata de un desafío único para Enagás, ya que nunca antes había abordado algo igual.
¿Qué retos tiene por delante la dirección para contribuir al despliegue de las infraestructuras de hidrógeno?
El despliegue del Plan Conceptual de Participación Pública (PCPP), ya iniciado, es uno de nuestros principales retos, ya que implica su explicación en 13 comunidades autónomas y más de 500 municipios, en estrecha colaboración con la Gerencia de Relaciones Institucionales de Enagás. Esto supone un gran esfuerzo de los equipos de proyectos y permisos de la dirección, así como de la Dirección de Hidrógeno de la compañía.
Tenemos por delante dos años, 2025 y 2026, de intenso trabajo para completar las ingenierías básicas, administrativas y de detalle de los 2.000 km de nuevos ductos de hidrógeno. También las ingenierías básicas y extendidas, así como los proyectos administrativos de las estaciones de compresión y el almacenamiento de Cantabria, con sus correspondientes estudios ambientales. En total, contamos con hasta 9 ingenierías de forma simultánea, para realizar en un plazo ajustado, lo que da idea de la envergadura de los proyectos.
¿Cómo estáis contribuyendo desde la dirección a la transformación digital de la compañía?
Nuestro proyecto estrella, que forma parte del Plan de Transformación Digital de la compañía, es la implantación del BIM (Building Information Modelling), que tiene como objetivo la construcción de modelos digitales 3D en fase de proyecto, los cuales serán entregados a la Dirección General de Infraestructuras de Enagás para el desarrollo de gemelos digitales.
La metodología BIM establece un flujo de información continuo que permite la construcción progresiva de los modelos «as built» de las infraestructuras. Para ello, todo el proceso de ingeniería se desarrolla mediante objetos relacionados, con sus correspondientes atributos, en una plataforma colaborativa que facilita una eficiente gestión y control de toda la información.
Su desarrollo está previsto en dos años y es completamente transversal, ya que involucra a muchas áreas de la compañía.
Como mujer ingeniera, con una larga trayectoria en el sector energético, tradicionalmente masculinizado, ¿qué acciones consideras que podrían contribuir a fomentar las vocaciones STEM entre las mujeres?
Entiendo que es un tema complejo, puesto que no es fácil elaborar un diagnóstico preciso del problema y sin ello es difícil proponer acciones efectivas. Si miramos las estadísticas, por ejemplo, de la Universidad Politécnica de Madrid, vemos que el porcentaje de mujeres se mantiene bastante estable con crecimientos mínimos en los últimos 15 años; y con un descenso general de las vocaciones en estudios de ingeniería, sin distinción de género.
Esas mismas estadísticas muestran un crecimiento del porcentaje de mujeres en titulaciones como ingeniería biomédica o agroforestal. Esto último, junto con el hecho de que las mujeres son mayoría rotunda en las carreras sanitarias, como medicina, invita a pensar que ellas se inclinan más por estudios con un claro propósito social, que quizás no se ve tan claro en otras ingenierías más industriales o en las TIC.
Por otra parte, creo que en primaria y secundaria, a veces, las niñas experimentan una cierta frustración en asignaturas como matemáticas. En general, obtienen un mayor rendimiento académico en estos niveles y pueden sentir que no consiguen el mismo nivel de excelencia en las asignaturas más técnicas.
Por ello, creo que habría que trabajar desde edades tempranas para desterrar esa falsa sensación de mayor dificultad o menor capacidad en las asignaturas técnicas. También habría que visibilizar el propósito social de las ingenierías. De esta manera, se podría fomentar una mayor identificación y atracción hacia las carreras STEM entre las mujeres, para que se sientan capaces de sobresalir y comprendan el impacto positivo que pueden tener en la sociedad.